jueves, 23 de septiembre de 2010

Explotación Sexual: La Esclavitud del Siglo XXI

En el Día Internacional contra la Explotación Sexual y la Trata



En un mundo cada vez más globalizado, en el que en algunos casos las fronteras parecen desaparecer, la trata de personas y el tráfico ilícito de inmigrantes se facilitan y van en franco aumento. Ambas situaciones representan violaciones graves al Derecho (Derechos Humanos por un lado, y Derechos migratorios por el otro).

Para continuar leyendo, pueden hacerlo a través de Código Venezuela

miércoles, 18 de agosto de 2010

Un Año en Guasduayork


En estas últimas semanas toda la región ha sido testigo de cómo el Estado colombiano ha puesto sobre la mesa presuntas pruebas de que el Gobierno venezolano no solo alberga, sino apoya y facilita las operaciones de grupos guerrilleros colombianos en su territorio. A esto se le suma el documental "Los Guardianes de Chávez", producido por La Cuatro española y recientemente transmitido por la cadena de noticias CNN en Español, que muestra de una manera particularmente ruda la realidad que se vive en llos estados fronterizos con Colombia, especialmente Apure.

Digo "particularmente ruda" por la reacción que vi de muchas personas que si bien aseveran que sí, "las FARC están en Venezuela", su sorpresa ante lo que veían en el mencionado documental delataba que no tenían una clara imagen de la realidad. Y eso es lo que necesitamos los venezolanos: una visual tan "en tu cara" que impacte.

Durante un año yo pude ver un poco de esa realidad. Una pichona de abogado, un mes después de presentar su último examen final, marchaba rumbo a Guasdualito, Apure, a darle apoyo y asesoría legal a refugiados y solicitantes de asilo colombianos que se vieron obligados a dejar sus hogares de un día para otro, buscando una vida más tranquilas en nuestras tierras.

Allá se vive con miedo, con desconfianza y mucho silencio. El sicariato y el secuestro están a la orden del día. No sé si dentro de mi ingenuidad, o por lo que me decía mi jefe, yo me sentía tranquila, yo no sería un blanco. "Ellos no se meten con los trabajadores humanitarios, a nosotros nos dejan tranquilos. Eso sí, siempre mantén un perfil bajo, y procura no hablar con desconocidos. Si te piden la hora, tú no sabes lo que es un reloj". Así mismo. Hay que tener cuidado hasta de darle la hora a la persona equivocada, no vaya a ser que te relacionen con algún bando. 

Recuerdo claramente cuando un Comandante del Ejército (cuyo nombre dejaré en anonimato) me dijo: "Valentina, aquí la cosa funciona así: digamos que tenemos una especie de 'pacto de caballeros' con las FARC, ELN y FBL. Siempre que no se metan con el Ejército, el Ejército los deja tranquilos. Lamentablemente las cosas son así". 

Guasdualito, El Nula, Caño Gaital, Guafita, Puerto Infante, La Victoria, Palmarito, La Trinidad de Orichuna, Elorza en Apure, y San Rafael del Piñal en Táchira (muy cerca de El Nula), son sólo algunas de las zonasen los que hay más presencia y control de la Guerrilla. En El Nula no hay quien se libre de pagarles "vacuna" para poder mantener sus comercios a salvo. Muy cerca de El Nula se encuentra Fuerte Yaruro. Aún así, el control lo ejercen grupos guerrilleros, no así las autoridades venezolanas.

Muchos de los refugiados que atendía sentían el mismo miedo y sufrían en Venezuela la misma persecución que les hizo huir de Colombia. Y el miedo no era para nada infundado. Una mañana al llegar a mi oficina me recibieron con la noticia de que habían asesinado de 7 disparos a un solicitante de refugio que esperaba una decisión sobre su status. La guerrilla lo vino a buscar a Venezuela y lo encontró. Su esposa nunca puso la denuncia, lógicamente. Hacerlo sería sentenciarse también a muerte.

Refugiado Colombiano/Pescador
 - Asesinado por las FARC en 2006

Puerto Infante es otra zona complicada. Para llegar hasta allá tomábamos una voladora en el Río Arauca. Los fines de semana eso se convertía en el parque recreacional de las FARC. Cerveza y dominó, así se entretenían. En una de nuestras visitas a Puerto Infante nos detuvieron en el río, y nos retuvieron durante unas 3 horas del lado colombia?o. Mi jefe, el chofer y yo. Cuatro soldados e infinidad de preguntas. "¿Quiénes son? ¿Para quién trabajan y qué hacen? ¿Hacia dónde se dirigen? ¿Están con los paracos? ¿Han visto paracos por aquí? Si saben de ellos, ya saben dónde encontrarnos para avisarnos, contamos con ustedes para eso"... El cagazo de mi vida.

Como éstas tengo cien historias más. El asesinato en manos de sicarios de un funcionario de la Alcaldía de Páez en Guasdualito, el secuestro de una estudiante, hija de un comerciante que probablemente algo debía, el valor de la vida: el precio para contratar a un sicario era una gavera de cerveza, que para ese entonces costaba míseros 13.500 Bolívares. La lista sigue.

Desde el domingo, cuando CNN transmitió el documental español, a raíz de mis comentarios sobre el mismo muchos me preguntaron por qué nunca había contado esto antes. Resulta que hace 5 años que lo estoy contando, pero nadie presta atención, por lo menos no hasta ahora.

El que nunca ha estado en la frontera probablemente reaccionaría como lo hizo ayer Yon Goicoechea ante "Los Fuardianes de Chavez", quien a través de su twitter expresó: "Esta vaina es lo más impactante que he visto en 11 años de chavismo!". Los que hemos estado en la frontera conocemos esa realidad de primera mano. Por eso el documental de La Cuatro, no nos impacta, o por lo menos, no tanto como al resto.

martes, 27 de julio de 2010

Nuestro Mundo Atómico

Cuántas explosiones atómicas, tanto de fusión como de fisión creen que han tenido lugar en nuestro planeta entre 1945 (fin de la II Guerra Mundial) hasta la fecha? Unas 150, 200 quizás? Intenten de nuevo. Les aseguro, se sorprenderán.

El artista japonés Isao Hashimoto se especializa en crear obras sobre las armas nucleares. en esta, que se titula “1945-1998″ hace un recuento de la historia de las explosiones nucleares que se han realizado en nuestro planeta. Tiene una duración de 14 minutos, y posiciona cada explosión sobre el mapa. Cada mes es representado por un segundo, y cada país por un color.

La visión histórica es muy interesante, no sólo por ser una historia del arma más destructiva inventada por el hombre, sino porque se puede ver como las explosiones eran en las colonias hasta que las mismas se iban perdiendo.

Solamente llega a 1998, no incluye las dos explosiones norcoreanas de 2006 y 2009.




*Con información tomada de Código Venezuela

viernes, 16 de julio de 2010

¡Chapeau Argentina!



En la madrugada de este jueves a las 3:30am finalmente terminó el debate en el Senado Argentino para la aprobación de la Ley de Matrimonio Igualitario, con lo cual Argentina da un paso al frente a favor de la igualdad de derechos civiles para la Comunidad LGBT, conviertiéndose así en el primer país latinoamericano en aprobar el matrimonio entre personas de un mismo sexo.

Con la entrada en vigencia de esta Ley, las parejas homosexuales tendrán los mismos derechos que el matrimonio le otorga a las parejas heterosexuales: derechos patrimoniales, sucesorales, y -algo que no permitía una Ley aprobada en 2002 por la Legislatura de la Provincia de Río Negro- adoptar niños.

Para muchos esto es una gran noticia. No sólo para la comunidad LGBT, sino para quienes, como yo, creemos y estamos convencidos de que todos los seres humanos nacen libres e iguales en derechos, para quienes queremos que la sociedad en la que vivimos sea más justa, más humana, menos prejuiciosa, más abierta. Para los que vivimos y dejamos vivir, y por supuesto, para los que (de nuevo, como yo) tenemos amigos y/o conocidos gays, lesbianas, bisexuales o transexuales.

Por supuesto también hay muchos detractores con infinidad de argumentos (algunos lógicos, otros ni tanto) que opinan que la aprobación de esta Ley es una aberración. Ya sea que se basan en motivos religiosos, sociales, biológicos o por algo tan simple como sus propios temores y prejuicios internos. 

Pareciera que en ninguno de estos casos toman en cuenta ese principio fundamental establecido en el Artículo 1 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, que reza que "Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos...". Sí señora puritana, los gays pueden ser buenos cristianos, Dios no los odia. Señor conservador: las lesbianas pueden perfectamente criar y educar a un niño y por tener dos madres no necesariamente va a ser gay. O tal vez sí. Pero es irrelevante quienes sean sus padres. De las familias más funcionales y "normales" y "socialmente aceptables" y respetables ha salido un hijo o una hija homosexual. Qué no pueden reproducirse? Quién dice que no? Si hay tratamientos de fertilidad, vientres en alquiler y demás opciones (que no son pocas) para parejas heterosexuales, éstas son perfectamente viables para parejas homosexuales.

A los prejuiciosos, homofóbicos y miedosos: los del problema son ustedes.


En todo caso, lo que quiero es felicitar al Senado argentino por aprobar esta Ley, por reconocer derechos que por naturaleza le corresponde a este colectivo, por recordar a sus ciudadanos que para ejercer los derechos no se debe hacer ningún tipo de distinción basada en sexo (que se entiende incluye preferencia sexual), y por entender que los Derechos Humanos se son progresivos. Así que ¡Bravo Argentina! ¡Chapeau!

Sólo falta que el resto de América Latina decida ampliar y reconocer por igual los derechos de todos.

jueves, 17 de junio de 2010

Día Mundial del Refugiado


Hace exactamente 5 años comenzó una aventura que definiría lo que, en definitiva, era lo que quería hacer con mi vida. Recién estaba terminando mis estudios de Derecho en la UCAB, era el día de la famosa "cervezada" en la que todos los 5tos años celebran haber presentado su último final y pueden gritar a todo pulmón - en mi caso particular - "¡SOY ABOGADO!!!".


Ese mismo día, mientras celebraba con mis nuevos colegas, recibí una llamada. Esa llamada que esperas más que un fin de semana de lo que ha sido una semana insoportable, pero que al llegar, no sabes qué hacer. En medio del ruido de la música, de la gente festejando, en pleno "digan güisquiiii" contesté el teléfono. Un número desconocido y no escuchaba a quien me hablaba. Tuve que ralir corriendo hasta Módulo 1 para escapar del ruido. "Aló, Valentina? Te llamo de parte de Shant Wachiwachi wachiwu (finalmente después de semanas de práctica aprendí a pronunciar y escribir bien "Dermegerditchian") de la oficina del ACNUR en San Cristóbal para visarte que el puesto de asistente de Protección en Guasdualito es tuyo! Puedes estar aquí en 15 días?"

Felicidad - Euforia - Emoción - Inquietud - Miedo - Dudas - Borrachera (Me graduéee!!) - y se repite el ciclo. Así unas 5 veces durante tres días. Finalmente me decidí y me embarqué a  como la llamamos cariñosamente, mi querida "Gausduayork".

Allí tuve la oportunidad de conocer y compartir con muchísimas familias que  habían llegado a Venezuela buscando una nueva vida, buscando paz, tranquilidad, un futuro sin violencia para sus hijos. Venían huyendo de la violencia generada por el conflicto armado que hace ya unos 50 años aqueja a Colombia.


 Recuerdos de "mis Refugiados" tengo muchos. Una familia súper amorosa y ejemplar en El Amparo, todos, hasta los más niños, con unos valores y unas ganas de salir adelante increibles, aun a pesar de haber tenido que dejar todo lo que tenían en Colombia. Una pareja de artesanos, siempre con la mejor disposición y una sonrisa en la cara... tengo una colección de pulseras que les compré, y algunas otras que me regalaron. Una madre de 4 hijos, quien había sido reclutada por las FARC a los 14 años, y que era luego, ya en Guasdualito, víctima de violencia de género por parte de su pareja, pero que sacó la fuerza necesaria para hacerle frente a esa terrible situación y salir airosa y aun más fuerte. Otra madre, viuda de un policía colombiano que murió a causa de un atentado a su comandancia, que hacía las empanadas más ricas de todo el pueblo, y cuidado si de todo el Estado Apure. Ella era nuestra "caterer" estrella cada vez que teníamos un evento, un curso, alguna charla... Todos y cada uno de ellos dejaron una marca en mí que me daba más fuerzas para seguir dándoles el apoyo que necesitaban para reconstruir sus vidas.


En Venezuela actualmente hay más de 200.000 Refugiados, en su mayoría provenientes de Colombia, aunque un gran número de ellos ha preferido mantenerse en el anonimato y no solicitar formalmente el reconocimiento de su status (a diferencia de lo que sucede en muchos países africanos, la condición de Refugiado no se otorga de facto al cruzar la frontera). Sólo unas 2 a 3 mil personas solicitan formalmente refugio ante el Estado venezolano, sea directamente en las sedes regionales de la Comisión Nacional para Refugiados o a través del ACNUR, o de ONG como el Servicio Jesuita a Refugiados y Cáritas.

A diferencia de lo que muchos pueden imaginarse, sobretodo por lo que ven en las noticias internacionales o películas, en Venezuela no existen campos de refugiados. Aquí, y en el resto de los países latinoamericanos, se busca la integración local, que las personas en situación de refugio convivan y formen parte activa de la comunidad que los recibe. Fronteras Solidarias.. 


Este domingo 20 de junio se conmemora el Día Mundial del Refugiado, por Resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas del 4 de diciembre del 2000. Cada año el Día Mundial del Refugiado está dedicado a un tema sobre el que se enfocan todas las actividades durante el mes de junio. El tema de este año es la “Casa” y con ese tema se quiere reconocer el sufrimiento de más de 40 millones de personas forzadas a abandonar su hogar en todo el mundo. También, el lema de este año es: “Me quitaron mi casa, pero no me pueden quitar mi futuro”.

Durante esta semana y hasta el 30 de junio se llevarán a cabo una serie de actividades y eventos con motivo del Día Mundial del Refugiado, así que si están interesados en asistir a alguna de ellas les dejo el Calendario de Actividades en Caracas, Zulia, Táchira y Apure. Y para los que no están en Venezuela, también habrán actividades en Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, España y México.

jueves, 10 de junio de 2010

Conflictos Armados, Desastres Naturales y Ayuda Humanitaria (III)

Visitando familias refugiadas en El Amparo

Esta es la tercera entrega de lo que forma parte de tan sólo una pequeña introducción para un tema bastante complejo.  En esta ocasión les escribo sobre la importancia de la Ayuda Humanitaria en situaciones de conflictos internos y de desastres naturales y de cómo una mala gestión de dicha ayuda puede prolongar la situación de conflicto/emergencia.

   La Ayuda Humanitaria está dirigida a dar una respuesta inmediata a las crisis provocadas como consecuencia de desastres naturales o guerras. La mayoría de los conflicto y desastres pasan desapercibidos para el resto del mundo ya que o bien no alcanzan las noticias internacionales, o simplemente, con el paso del tiempo, son olvidados, un perfecto ejemplo de ello: Somalia, uno de los grandes conflictos olvidados desde hace ya casi 20 años.

La ayuda humanitaria está regulada por el Derecho Internacional Humanitario (DIH), que está contenido en los 4 tratados de Ginebra de 1949 y sus Protocolos adicionales. DIH es conocido también como el "Derecho de Guerras" y es vinculante para los gobiernos, los ejércitos participantes en el conflicto como por los distintos grupos armados de oposición o cualquier parte participante en el conflicto.

La Ayuda Humanitaria se define sobre la base de una serie de principios que se consolidaron después de la Primera y Segunda Guerras Mundiales. El precursor de estos principios ha sido el Comité Internacional de la Cruz Roja (ICRC) y son humanidad, neutralidad, imparcialidad, independencia y universalidad. 

La humanidad implica dar un trato respetuoso con la dignidad humana, apuntando a evitar o aliviar el sufrimiento consecuencia de los conflictos y/o los desastres naturales.

La neutralidad, que supone abstenerse de todo acto que pueda interpretarse como favorable a una de las partes implicadas o en detrimento de la otra. Esta neutralidad debe entenderse como ser neutral no hacia el sufrimiento, sino hacia las causas del mismo.

La imparcialidad implica que la ayuda humanitaria debe prestarse  a las víctimas en función de sus necesidades, sin que sean considerados criterios discriminatorios e función de raza, religión, sexo e ideología política.

La Independencia: las organizaciones humanitarias desempeñan sus funciones sobre la base de sus propias decisiones, al margen de condicionamientos políticos tanto en sus países de origen como en los que actúan. Este principio se se ve cuestionado en la práctica por diferentes factores: la necesidad de fondos públicos, la colaboración con los gobiernos u otros grupos de poder en los países receptores, o la influencia de los medios de comunicación y la necesidad de reclamar su atención (Diccionario de Acción Humanitaria y Cooperación al Desarrollo, Hegoa).

Por último, la universalidad: cualquier víctima de un desastre natural o humano debe ser socorrida, independientemente de toda diferencia política, étnica o de otro tipo. Pero la aplicación de este principio resulta casi imposible, debido al aumento de la demanda de respuesta humanitaria, por lo que algunas crisis son atendidas, mientras otras quedan olvidadas.

Aun cumpliendo estos principios, los trabajadores humanitarios deben tener especial cuidado en no hacer daño (Do No Harm) con la Acción Humanitaria. Ahora tenemos un ejemplo muy vivo de como la ayuda, aun con la mejor de las intenciones, produce un daño en lugar de aliviar la situación de las víctimas. Me refiero específicamente a Haití. 

 Evidentemente que no toda la ayuda que recibe Haití para afrontar la devastación producida por el terremoto en enero hace daño. Hacen falta muchísimas manos y muchísimo apoyo para reconstruir al país. Pero por otro lado, personas que no fueron afectadas directamente por el terremoto, sobretodo en el campo, sufren hoy una secuela secundaria. Los agricultores ven como los precios de sus productos se han desplomado debido a que la demanda ha bajado. Parece ilógico que en una situación de emergencia como esta disminuya la demanda de alimentos. Pues sí, disminuye. Pero no porque la gente deje de consumir, sino porque consumen las toneladas de alimentos que reciben -gratis- producto de las donaciones que hacemos.

No quiero decir con esto que no donemos comida, cobijas, pañales, ese no es el punto. El punto, y lo crucial, es gestionar de la mejor manera posible la ayuda humanitaria de manera que sirva para mitigar los efectos de un desastre, apoyar procesos de paz, asistir a las víctimas, en lugar de, sin querer hacerlo, prolongar el situación de emergencia o el conflicto, o apoyar a los "Señores de la Guerra" (Lords of War) que muchas veces se mantienen (por lo menos con más comodidad) precisamente gracias a la ayuda humanitaria destinada a las víctimas.

A quien le interese saber más sobre  cómo no hacer daño, les recomiendo leer Do No Harm - How Aid can Support Peace - or War-, de Mary B. Anderson.

De nuevo y como en el 1ro de esta serie de posts, me disculpo por lo técnico y tedioso que puede llegar a ser, aunque dejé muchísima información por fuera, pero la idea no era extenderme demasiado (creo que ahí no les cumplí). Si no soy muy odiada después de esto, escribiré sobre temas más específicos y de manera más concisa. 

jueves, 27 de mayo de 2010

Conflictos Armados, Desastres Naturales y Ayuda Humanitaria (II)


(Advierto de antemano que este post será un poco más teórico y técnico que los anteriores. Aquí les dejo una adaptación de un ensayo que escribí en julio de 2008, cuyos puntos considero que debemos tomar en cuenta a la hora de enfrentar catastrofes y minimizar víctimas y daños)

En los últimos años, y sobretodo en los últimos meses, hemos sido testigos de  cómo nuestro planeta se ha estado manifestando a través de terremotos, inundaciones, erupciones volcánicas, tifones, huracanes, sequías... por mencionar las catástrofes naturales más comunes. Estas catástrofes pueden o no desencadenar en desastres o crisis de mayor o menor gravedad dependiendo del grado de vulnerabilidad y de las capacidades de los afectados.

Eso explicaría por qué el terremoto en Haití, aun cuando de menor magnitud, fue muchísimo más devastador y causó más víctimas que el de Chile. El terremoto de Haití tuvo una magnitud de 7 grados en la escala de Richter, y aún así causó entre 150.000 y 200.000 víctimas mortales y unos 250.000 heridos y destruyendo prácticamente en su totalidad a la ciudad de Puerto Príncipe. Mientras tanto, el terremoto de Chile, ocurrido apenas mes y medio después, tuvo una magnitud de 8,8 grados, una duración de casi 3 minutos y afectó fuertemente  regiones en las que  habita el 80% de la población chilena. Aun así, el número de víctimas mortales fue apenas una fracción respecto al de Haití: No llegó a 800.

Esta tremenda diferencia viene determinada por el nivel de vulnerabilidad de la población afectada, si entendemos por vulnerabilidad el ivel de riesgo que afronta un individuo, una familia o un grupo de personas a perder sus vidas, sus bienes, propiedades y su sistema de sustento ante una posible catástrofe natural (Karlos Pérez de Armiño). Como contraparte, tenemos las capacidades de las personas para afrontar las crisis. 

En otras palabras: las amenazas o las catástrofes naturales por sí solas no son desastres, sino factores que pueden incidir para que se produzcan los desastres, y la magnitud de del desastre y sus consecuencias van a depender del nivel de vulnerabilidad de la población. Otro punto importante a destacar: las causas y consecuencias de los llamados desastres naturales, no se pueden dejar de relacionar con los modelos de desarrollo que se expresan en los proyectos sociopolíticos que llevan a vías de hecho dichos modelos.

Existe una serie de factores que hacen que ciertas poblaciones sean más vulnerables antes una situación de desastre que otras. Muchos de estos factores están relacionados con la pobreza, el desarrollo (o la falta de desarrollo), la cultura, infraestructura. Estos factores son la principal causal de desastres en América Latina. Vemos como en nuestros países existe una menor capacidad para obtener viviendas con una infraestructura adecuada para resistir sismos o depresiones tropicales, por ejemplo; o gran parte de la población vive a lo largo de las costas donde los huracanes y tormentas tropicales golpean con más fuerza, en viviendas o construcciones que no cumplen con requerimientos mínimos de seguridad o construidas en suelos inestables susceptibles de deslizamientos, por mencionar sólo algunos ejemplos de cómo los factores de riesgo se traducen en hechos. Indudablemente, que el patrón de desarrollo seguido por la mayoría de los países latinoamericanos, con altos grados de pobreza, exclusión socioeconómica y deterioro del ambiente, es un factor determinante de por qué la vulnerabilidad frente a los fenómenos naturales es tan elevada en los países de América Latina y el Caribe.

Todos recordamos la Tragedia de Vargas de hace +10 años. Las fuertes lluvias caídas durante las primeras dos semanas de diciembre de 1999 causaron una saturación de los suelos por la cantidad de agua, esto a su vez generó que el caudal de agua bajara por pendientes de más de 30 grados trayendo consigo deslizamientos de tierra y la capa vegetal de las montañas. Pero esto por sí solo no es lo que desató la tragedia. Por sí es tan sólo un fenómeno natural en el que el número de víctimas pudo ser mínimo. Pero sabemos que no fue así. Al sol de hoy aun no se sabe con certeza cuántas personas murieron, pero se calcula que entre unas 30 y 50 mil.



Sí, se trató de un fenómeno natural muy complejo, agravado por la ocupación irracional del espacio geográfico. se desviaron y obstruyeron los cauces de los ríos y quebradas y se ocuparon conos de deyección activos (que aún están en plena formación), se construyeron casas, grandes edificios y muros en sitios por donde naturalmente debían pasar las crecidas; muchos cauces se convirtieron en depósitos de basura. Para variar, los sectores de la población más gravemente afectados fueron precisamente aquellos que presentaban mayores factores de vulnerabilidad, aquellos con menor capacidad para hacer frente a estos fenómenos naturales de los cuales fueron víctimas. Podemos ver la amplia relación que existe entre la magnitud y las consecuencias (en cuanto al número de víctimas, daños materiales, etc.) de un desastre y la acción del hombre como condicionante o incluso “creador” de su propia vulnerabilidad.


Sin embargo, el propio hecho de que el factor humano sea causal tan determinante de los desastres, implica que no siempre una catástrofe o un fenómeno natural deben terminar en desastres, o por lo menos, no con tan graves consecuencias.

¿Qué debemos hacer (idealmente)? Si se adoptan políticas de prevención adecuada y efectiva, si los Gobiernos nacionales, estadales y locales unen esfuerzos para crear políticas de ordenamiento territorial, organización comunitaria, campañas de educación a la población más vulnerable, si si los gobiernos, donantes y agencias de desarrollo integran sistemas de reducción de riesgos ante los desastres, en sus proyectos de desarrollo, el nivel de vulnerabilidad de las poblaciones se vería reducido. Lo ideal sería la prevención, en lugar de la reacción, que las comunidades estén en capacidad de entender cuales son los riesgos que puedan potencialmente afectarles para prepararse adecuadamente.

Por otro lado, las infraestructuras deben reforzarse de acuerdo con las condiciones climáticas que afectan la localidad y los peligros que afronta. Pensemos en Caracas, que sabemos es una ciudad altamente sísmica. Realmente las edificaciones cumplen con las regulaciones anti-sísmicas en su construcción? Se ha tomado en cuenta la planificación geográfica y urbanística a la hora de construir? Cuántas casas no hemos visto derrumbarse barranco abajo en zonas como Alto Prado o Santa Inés por no tomar en cuenta las características del terreno donde se encuentran? En cualquier momento nos puede caer encima una catástrofe natural. El que se convierta en un desastre de gran magnitud depende de qué tan preparados estamos para prevenir sus consecuencias y enfrentarnos a los daños.

lunes, 24 de mayo de 2010

Conflictos Armados, Desastres Naturales y Ayuda Humanitaria (I)


Los conflictos - tanto internos como internacionales - han existido desde que el hombre es hombre y desde que el hombre se dio cuenta de cuánto le agrada el poder. Actualmente, la gran mayoría de los conflictos armados existentes en el mundo son conflictos internos, que se han prolongado durante décadas, y tienen lugar, mayoritariamente, en el continente africano, y sus principales causas se dan por cuestiones de diferencias étnicas (genocidio en Rwanda) o religiosas (Sudán) y la competencia por el control sobre los recursos, como fue el caso de Sierra Leona y sus diamantes.

Al terminar la Guerra Fría y luego de la caída de la URSS, lo usual ha sido que la mayoría de los conflictos armados sean conflictos internos, algunos de los cuales ya existían desde antes de los años 90, otros vienen incluso desde los años 60 y 70, a raíz de los procesos de descolonización - muy mal gestionados - de los países europeos, que se fueron "dejándolos con su gallo muerto".

Como es de suponer, estos conflictos dejan consecuencias devastadoras, en especial para la población civil, principal target - y, por ende, víctima - del conflicto. Ya no sólo luchan grupos armados ilegales contra las fuerzas armadas del país en cuestión. Los ataques contra la población civil se ha convertido en el principal arma de guerra, violando así todo principio de Derecho Internacional Humanitario, conocido también como el "Derecho de Guerra".


Estos eventos traen como consecuencias que la gran mayoría de los que vivimos a este lado del mundo no podemos ni comenzar a imaginar. Familias deben dejar atrás lo único que tienen para buscar refugio en otras ciudades/pueblos, e incluso más allá de sus fronteras. Madres que pierden a sus hijos, quienes son reclutados forzosamente para convertirse en niños soldados, hombres asesinados, mujeres y niñas violadas, pueblos y aldeas enteras incendiadas hasta nada quedar. En la gran mayoría de los casos, los gobiernos no tienen capacidad de respuesta (o voluntad) para atender y enfrentar estas situaciones, y ahí es donde entran a actuar los organismos internacionales, ONG, trabajadores humanitarios, cooperantes y voluntarios.

Todas estas personas cumple una labor fundamental en el alivio y la atención a víctimas de conflictos, desde la aplicación de medidas plaiativas durante un tiempo determinado hasta el desarrollo de proyectos sostenibles a largo plazo en los que se cuenta con la colaboración de los ciudadanos a los que apoyan. Ellos hacen lo inimaginable, sacrifican las comodidades que tienen en sus países de origen e incluso llegan a poner su vida en riesgo. Pero también cometen errores que pueden resultar peores que la enfermedad.

Sobre esto les contaré más adelante, pero quise antes, de una manera muy breve y superficial, y a modo muy general, llevarlos al contexto. Poco a poco les iré contando más sobre conflictos específicos, crisis humanitarias, desastres naturales y como la actuación de trabajadores humanitarios, ONG y Organismos Internacionales influye - de manera positiva o bien negativa - en la solución del conflicto y la protección a las víctimas.

Esto continúa...
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