En estas últimas semanas toda la región ha sido testigo de cómo el Estado colombiano ha puesto sobre la mesa presuntas pruebas de que el Gobierno venezolano no solo alberga, sino apoya y facilita las operaciones de grupos guerrilleros colombianos en su territorio. A esto se le suma el documental "Los Guardianes de Chávez", producido por La Cuatro española y recientemente transmitido por la cadena de noticias CNN en Español, que muestra de una manera particularmente ruda la realidad que se vive en llos estados fronterizos con Colombia, especialmente Apure.
Digo "particularmente ruda" por la reacción que vi de muchas personas que si bien aseveran que sí, "las FARC están en Venezuela", su sorpresa ante lo que veían en el mencionado documental delataba que no tenían una clara imagen de la realidad. Y eso es lo que necesitamos los venezolanos: una visual tan "en tu cara" que impacte.
Durante un año yo pude ver un poco de esa realidad. Una pichona de abogado, un mes después de presentar su último examen final, marchaba rumbo a Guasdualito, Apure, a darle apoyo y asesoría legal a refugiados y solicitantes de asilo colombianos que se vieron obligados a dejar sus hogares de un día para otro, buscando una vida más tranquilas en nuestras tierras.
Allá se vive con miedo, con desconfianza y mucho silencio. El sicariato y el secuestro están a la orden del día. No sé si dentro de mi ingenuidad, o por lo que me decía mi jefe, yo me sentía tranquila, yo no sería un blanco. "Ellos no se meten con los trabajadores humanitarios, a nosotros nos dejan tranquilos. Eso sí, siempre mantén un perfil bajo, y procura no hablar con desconocidos. Si te piden la hora, tú no sabes lo que es un reloj". Así mismo. Hay que tener cuidado hasta de darle la hora a la persona equivocada, no vaya a ser que te relacionen con algún bando.
Recuerdo claramente cuando un Comandante del Ejército (cuyo nombre dejaré en anonimato) me dijo: "Valentina, aquí la cosa funciona así: digamos que tenemos una especie de 'pacto de caballeros' con las FARC, ELN y FBL. Siempre que no se metan con el Ejército, el Ejército los deja tranquilos. Lamentablemente las cosas son así".
Guasdualito, El Nula, Caño Gaital, Guafita, Puerto Infante, La Victoria, Palmarito, La Trinidad de Orichuna, Elorza en Apure, y San Rafael del Piñal en Táchira (muy cerca de El Nula), son sólo algunas de las zonasen los que hay más presencia y control de la Guerrilla. En El Nula no hay quien se libre de pagarles "vacuna" para poder mantener sus comercios a salvo. Muy cerca de El Nula se encuentra Fuerte Yaruro. Aún así, el control lo ejercen grupos guerrilleros, no así las autoridades venezolanas.
Muchos de los refugiados que atendía sentían el mismo miedo y sufrían en Venezuela la misma persecución que les hizo huir de Colombia. Y el miedo no era para nada infundado. Una mañana al llegar a mi oficina me recibieron con la noticia de que habían asesinado de 7 disparos a un solicitante de refugio que esperaba una decisión sobre su status. La guerrilla lo vino a buscar a Venezuela y lo encontró. Su esposa nunca puso la denuncia, lógicamente. Hacerlo sería sentenciarse también a muerte.
Puerto Infante es otra zona complicada. Para llegar hasta allá tomábamos una voladora en el Río Arauca. Los fines de semana eso se convertía en el parque recreacional de las FARC. Cerveza y dominó, así se entretenían. En una de nuestras visitas a Puerto Infante nos detuvieron en el río, y nos retuvieron durante unas 3 horas del lado colombia?o. Mi jefe, el chofer y yo. Cuatro soldados e infinidad de preguntas. "¿Quiénes son? ¿Para quién trabajan y qué hacen? ¿Hacia dónde se dirigen? ¿Están con los paracos? ¿Han visto paracos por aquí? Si saben de ellos, ya saben dónde encontrarnos para avisarnos, contamos con ustedes para eso"... El cagazo de mi vida.
Como éstas tengo cien historias más. El asesinato en manos de sicarios de un funcionario de la Alcaldía de Páez en Guasdualito, el secuestro de una estudiante, hija de un comerciante que probablemente algo debía, el valor de la vida: el precio para contratar a un sicario era una gavera de cerveza, que para ese entonces costaba míseros 13.500 Bolívares. La lista sigue.
Desde el domingo, cuando CNN transmitió el documental español, a raíz de mis comentarios sobre el mismo muchos me preguntaron por qué nunca había contado esto antes. Resulta que hace 5 años que lo estoy contando, pero nadie presta atención, por lo menos no hasta ahora.
El que nunca ha estado en la frontera probablemente reaccionaría como lo hizo ayer Yon Goicoechea ante "Los Fuardianes de Chavez", quien a través de su twitter expresó: "Esta vaina es lo más impactante que he visto en 11 años de chavismo!". Los que hemos estado en la frontera conocemos esa realidad de primera mano. Por eso el documental de La Cuatro, no nos impacta, o por lo menos, no tanto como al resto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario